Desde que nació el germen de lo que hoy es Grupo ASE, en 2001, el objetivo de quienes nos embarcamos en el proyecto siempre fue tomar partido y equilibrar las fuerzas del mercado. Dado que la oferta está muy concentrada en muy pocas manos mientras la demanda, en cambio, está muy repartida, nos pusimos en el lado de los consumidores de energía. Más concretamente, de las empresas y el tejido productivo.
Logramos granjearnos la confianza de más y más clientes y, a día de hoy, podemos decir que somos el mayor agregador de demanda eléctrica de España.
El funcionamiento del mercado eléctrico español es muy complejo y, en general, desconocido. Esto implica que aquellas personas que no cuentan con conocimientos técnicos específicos están en inferioridad de condiciones. Y esto incluye a la mayoría de los ciudadanos. De acuerdo a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), siete de cada diez consumidores domésticos ni siquiera sabe si está en el mercado libre o regulado. Y esto tiene consecuencias en su recibo de la luz.
Por otra parte, pese a la recuperación macroeconómica, muchas familias, afectadas por el elevado desempleo y la precariedad laboral, encuentran dificultades para hacer frente a gastos básicos, como el suministro de energía. El envejecimiento de la población lleva también al crecimiento del número de pensionistas. Todas estas personas no están al día de la normativa eléctrica y probablemente, por su desinformación, están pagando más de lo necesario.
Por eso desde Grupo ASE nos planteamos nuestra responsabilidad social como una oportunidad para contribuir a la reducción de desigualdades y a la lucha contra la pobreza energética. Arrojamos luz sobre la factura eléctrica de los hogares y los derechos de los consumidores. Y lo hacemos a través de nuestro principal activo: nuestros empleados, expertos en el sector eléctrico.