Impuesto al sol: ni es impuesto ni es al sol

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El manido apodo de “impuesto al sol” parece muy bien elegido para generar una opinión pública contraria, e incluso, para provocar confusión… pero ni es impuesto, ya que la Hacienda Pública no participa, ni es al sol. En realidad, es una modificación en la tarifa de acceso para que todos los consumidores asumamos el coste del sistema eléctrico, parte del cual soporta una deuda generada en gran medida por las primas a renovables, cogeneración y residuos.

 

Actualización 20 de octubre de 2017

El propio Tribunal Supremo rechaza la expresión de «impuesto al sol» y avala su naturaleza jurídica de contribución de coste al sistema. Así lo expresa al desestimar el recurso presentado por la Asociación Nacional de Productores e Inversores de Energías Renovables (ANPIER) contra el Real Decreto 900/2015, el pasado 9 de octubre. En concreto, afirma:
 

‘No hay por tanto, y frente a la expresión que ha hecho fortuna, «impuesto al sol» propiamente tal, sino contribución a los costes del sistema cuando un autoconsumidor, además de consumir la energía generada por él mismo, dispone del respaldo del sistema eléctrico para consumir electricidad del sistema en cualquier momento que lo necesite y, en su caso –como es lo habitual-, la consume efectivamente’.

Un detalle importante para entender de qué estamos hablando: aquellas instalaciones que son totalmente autosuficientes, las llamadas ‘islas’, están exentas del peaje de respaldo o mal llamado «impuesto al sol», cuyo fin no es otro que contribuir a los gastos del sistema (la partida de la factura eléctrica que no es ni potencia ni consumo). Por tanto, el peaje de respaldo solo afecta a las instalaciones de autoconsumo que están conectadas a la red para abastecerse.

Con el dinero que se recauda a través de la tarifa de acceso (el próximo año las compañías eléctricas de distribución recaudarán unos 13.700 millones de euros), se paga el transporte de la luz, la distribución para que nos llegue a los usuarios (viviendas, hospitales, colegios, empresas, etc.) pero, sobre todo, más de la mitad se destinará a cubrir las primas a la generación de electricidad libre de CO2, cogeneración y residuos, lo que se denominaban primas al régimen especial, que el año próximo sumarán unos 7.000 millones de euros.

 

Un poco de memoria histórica

Pero aún hay más: en el pasado se generó el déficit de tarifa, una deuda que no paraba de crecer y que finalmente se titulizó y cambió de acreedor: ahora todos los consumidores pagamos su amortización, con sus correspondientes intereses, a razón de unos 2.850 millones de euros al año. Y, atención, una parte importante de esa deuda proviene del pago de las primas al régimen especial en el pasado.

 

El ministro Nadal no miente

El ministro Nadal no miente cuando dice que tenemos un sobrecoste anual de 10.000 millones de euros. Solo suma las dos cifras anteriores. Así, cuando nos conectamos al sistema eléctrico pagamos las redes que nos traen la luz, el sobrecoste de las primas a la generación limpia y el sobrecoste de la deuda del pasado, que, en efecto, supone un sobrecoste total en la tarifa de unos 10.000 millones.

Los que defienden la eliminación del que llaman “impuesto al sol” lo que están pidiendo es que se les exima de pagar la parte de suministro, deuda y primas correspondiente a la electricidad que han autogenerado. De ese modo seríamos el resto de consumidores quienes cubriríamos el mismo importe (13.700 millones de euros), pero entre menos bolsillos, por lo que tocaríamos a más cada uno de nosotros. Es así de sencillo.

 

¿Y si conecto mi nevera a una placa solar?

Si estás en “modo isla”, no te costaría nada y nadie te lo impide. Pero si tu instalación está conectada a la red, te corresponde abonar los costes del sistema. Costes que incluyen la deuda generada por la subvención a renovables. Otra cuestión sería discutir la composición de la factura de la luz que pagamos todos los consumidores.

 

Brindis al sol

Y, para rematar la faena, ya existe una comunidad autónoma que va a destinar parte de sus presupuestos (nutridos de impuestos de todos los españoles) a financiar el “impuesto al sol” a todos aquellos que dispongan de autogeneración mientras, según ha anunciado, éste no sea derogado.

Así que parte de nuestros impuestos irán a pagar lo que por concepto tendrían que pagar los que autogeneran, de forma que los que no autogeneramos pagaremos con nuestros impuestos lo que les debiera tocar a los que dispongan de autogeneración en esa comunidad autónoma. Convendría recordar que las comunidades autónomas no generan rentas sujetas a impuestos, quienes las generamos somos los que trabajamos: trabajadores, autónomos o empresarios.

 

 

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